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POEMA POR DÍA DE LA MADRE

A MI DULCE MADRE Mi padre fue muy bueno,   me donó su alegría, ingenua; su ironía amable: su risueño y apacible candor. ¡Gran ofrenda la suya! Pero tú, madre mía, tú me hiciste el regalo de tu suave dolor.   Tú pusiste en mi alma la enfermiza ternura, el anhelo nervioso e incansable de amar; las recónditas ansias de creer; la dulzura de sentir la belleza de la vida, y soñar. Del ósculo fecundo que se dieron dos seres el gozoso y el triste- en una hora de amor, nació mi alma inarmónica; pero tú, madre, eres quien me ha dado el secreto de la paz interior. A merced de los vientos, como una barca rota va, doliente, el espíritu; desesperado, no. La placidez alegre poco a poco se agota; más sobre la sonrisa que me dio el padre, brota de mis ojos la lágrima que la madre me dio.   ¡¡¡¡¡…FELIZ DÍA DE LA MADRE…!!!!!

POEMA A MI AMADA

  Los cariños destiñen mis versos, con las albas pasajeras de la sombra mi amada con carisma decaída sollocea, en la penumbra de mi ser... Amada con tus labios rebosantes, inquietas la penuria de mi sentimiento y con pesar de mi llanto, que revolotea como una escarcha divina. Mi amada resuenas con tus pasos lentos, desde rizar de tus trenzas oscuras como un ángel bajo mis brazos, tientas como una luz del alba. Mi amada una semblanza suave de su voz, apasiona e inquieta como una orquídea  y destella el mirar de tu frente,  ante el fragor del alba. Mi amada incita al dolor ardiente, como una ave pasajera del viento y con una frescura que libera, mis tristes canciones nocturnas. Mi amada es un roció embellece,  como mis sentimientos del alba, bajo el sol radiante de mis penas que cautiva mi semblanza...     

MI PADRE

Yo tengo en el hogar un soberano único a quien venera el alma mía; es su corona de cabello cano, la honra es su ley y la virtud su guía. En lentas horas de miseria y duelo, lleno de firme y varonil constancia, guarda la fe con que me habló del cielo en las horas primeras de mi infancia. La amarga proscripción y la tristeza en su alma abrieron incurable herida; es un anciano, y lleva en su cabeza el polvo del camino de la vida. Ve del mundo las fieras tempestades, de la suerte las horas desgraciadas, y pasa, como Cristo el Tiberíades, de pie sobre las horas encrespadas. Seca su llanto, calla sus dolores, y sólo en el deber sus ojos fijos, recoge espinas y derrama flores sobre la senda que trazó a sus hijos. Me ha dicho: «A quien es bueno, la amargura jamás en llanto sus mejillas moja: en el mundo la flor de la ventura al más ligero soplo se deshoja. »Haz el bien sin temer el sacrificio, el hombre ha de luchar sereno y fuerte, y halla quien odia la maldad y el vicio un tálamo de rosas en

A MI PADRE

A Dios doy gracias por ser mi padre.  Por tus reproches y consejos.  Por el bien que me enseñaste  y de mi ser siempre cuidaste.  Por ser padre bondadoso,  lleno de paz y sabiduría.  Porque amas la verdad.  Justicia y rectitud en demasía.  Por ser mi padre amado  y enseñarme la caridad.  Sentimientos nobles te cubren.  No conoces la maldad.  Caballero noble y parco,  me enseñaste a luchar.  Aspirando siempre a lo más alto  y a mis sueños no renunciar.  Por aborrecer todo lo malo.  Por tus celestiales valores.  Por guiarme de la mano  en senderos llenos de flores. .

TE SIENTE MI ALMA...

  Te siente mi alma, como toque al Universo mis ojos brillan cual lucero en firmamento, hoy volvimos a encontrarnos, como hace un tiempo para reafirmar nuestro noble sentimiento. Y si miras hacia el cielo allí esta la Luna quien fuera testigo de lo que nació adentro, que empezó aquella noche de cielo estrellado donde sólo se escuchaba el sonido del viento. Las mariposas fueron a dormir en silencio los pájaros nos observaban desde sus nidos nosotros dos solos, estábamos despiertos para profesarnos sentimientos eternos. Las nubes cantaban como un coro en el cielo, las estrellas jugaban en el universo, la luna dialogaba con aquel lucero, y empezaba entre nosotros algo bello. Recuerdo ese día, me dijiste "te quiero", que nunca me dejarías, aunque pase el tiempo, y me protegerías de huracanes y truenos, que para nosotros sólo habría estrellas en el cielo. Y volvimos de nuevo a recordar el momento, en que, en ese lago me dijiste "te quiero", de nuevo está la luna brilland

UN SUEÑO FORNIDO

  Soñaba yo, que por la senda de la idolatría, de la virtud la humanidad corría mis ensueños, y el sol de la verdad resplandecía como un ángel llenando el orbe de su luz radiante. La torpe envidia, la calumnia odiosa con fatiga, abaten su poder y bastardía de la melancolía; y a la voz del progreso se veía sonriente la sociedad aparecer dichosa en su corcel. Un pueblo sólo es el linaje humano de adversidades, triunfa la ilustración, y por su empeño diáfano su templo cierra para siempre un destino. A tan mágico cuadro y radiante del ensueño, al arpa de oro le tendí la mano con una sombra por cantar tanto bien... ¡Mas era un sueño!... Un sueño fortuito que abejea en el ensueño. todo un sueño sin alabanza...es sueño ¡Mas era un sueño!...

José María Arguedas y la fiesta de la Virgen de la Candelaria

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Escribe:   Carlos Portugal Mendoza  Es conocida y recordada la presencia de José María Arguedas en la fiesta de la Virgen de la Candelaria en 1967; menos conocidas son la circunstancias de aquella visita y su relación con la que sería su última obra literaria “El zorro de arriba y el zorro de abajo”, aspectos que traemos a la memoria en homenaje a quien contribuyó de manera importante a la difusión de la fiesta de la “Mamita Candelaria”, hoy declarada “Patrimonio Inmaterial de la Humanidad”. Arguedas en Puno El 2 de febrero de 1967, Arguedas arribó a Puno para integrarse al Jurado del III Concurso en Homenaje a la Virgen de la Candelaria, compuesto por Josafat Roel Pineda, Mildred Merino de Zela y los puneños David Frisancho Pineda, Alberto Cuentas Zavala y Víctor Villar Chamorro. Ciertamente no era la primera vez que visitaba Puno, pues había llegado antes, en 1939, cuando era profesor secundario en la cercana ciudad de Sicuani. En aquella ocasión la belleza del lago lo deslumbró. “El